sábado, 1 de noviembre de 2008

La última estación de Pino Solanas

Ayer, tras una serie de limitaciones impuestas por la realidad hemos podidido proyectar, este film argentino, que relata el largo y contradictorio peregrinaje de nuestras empresas de servicios públicos, en este caso de los ferrocarriles.
Tras un largo paneo, su director, parte de la actualidad para remontarse a sus momentos fundacionales.
Actualidad que nos muestra a usuarios transformados en pobres rehenes de una situación que se asemeja más a una cárcel atemporal de la cual no pueden escapar.
Y así, privadas o públicas, el debate queda abierto para una sociedad y sus clases dirigentes que se empecinan en persistir en errores de consecuencias incomensurables en el tiempo y en sus posibilidades y potencialidades productivas y sociales.
Se trata pues de abrir bien los ojos...
Simplemente, cuando un buen servicio debería preanunciar un honesto negocio con ganancias también del mismo calibre y, que en el caso de las empresas de ferrocarriles, tendría que implicar un doble juego envolvente de ensenñanza- aprendizaje, involucrando y comprometiendo simultáneamente a empresarios y usuarios, como forjadoras de un mercado internismo- interregionalizado, propio de todo estado-nación, que prentenda ser portador de dicho adjetivación.
Me refiero a un sabio juego envolvente, que nos remita a la idea del capitalismo social de mercado.
Capitalismo social de mercado que nos habla de un tríptico compuesto por ganancias, inversiones y calidad de servicios
TRÍPTICO AL CUAL SE DEBE AGREGAR LA RESPONSABILIDAD PÚBLICA TRANSFORMADA EN EDUCACIÓN PARA TODOS....
Prof. Marta Marcovecchio de Romero